Probablemente hayas escuchado por ahí el término macro-nutriente y como no es un término común solo lo desechaste como “ah, una dieta más.”
Al menos, eso hice yo. Todo lo que me suena “muy complicado” no me llama la atención.
Pues bueno, aquí estoy, una incrédula redimida (no solo en Cristo, sino también en la comida). Aveces le tenemos miedo a lo que no conocemos, hasta conseguimos valor y nos aventuramos a tirarnos a la piscina.
Macro, que significa grande, y nutriente, del latín “nutrire” que significa alimentar, al juntarse forman esta palabrita que engloba un gran significado para nuestro cuerpo. ¡Alimentarnos en GRANDE!
Existen tres macro-nutrientes que alimentan nuestro cuerpo:
Carbohidratos
Proteínas
Grasas
Si naciste en los 80’s probablemente le tienes miedo a la palabra “grasas”, ya que creciste en la época del “Fat Free”. Y si eres 90’s o milenial, eres de los que le tiemblan a los carbohidratos.
Es tiempo que dejes los miedos afuera, porque estos 3 nutrientes son óptimos y necesarios para el buen funcionamiento de tu cuerpo, y como es el único que tienes, debes cuidarlo.
Carbohidratos:
Estos son los que le dan mucha energía a tu cuerpo, especialmente a tus músculos, donde se almacenan (tambien se almacenan en tu hígado) en forma de glucógeno. Tu cuerpo utiliza el glucógeno como fuente de energía primordial. Cabe mencionar que esta energía también es utilizada por tu cerebro.
Existen varios tipos de carbohidratos, pero para hacer este escrito un poco sencillo mencionaremos los que tenemos que tomar en cuenta mas a menudo:
Complejos – son aquellos que el cuerpo tarda mas tiempo en digerir, y por ende gasta mas energía en hacerlo.
Ejemplos:
Camote
Guineo verde (banano verde)
Granos integrales
Frutas y verduras
Legumbres
Muchos mas…
Simples – son aquellos que el cuerpo digiere mas rápido y la mayoría son procesados.
Ejemplos:
Harinas refinadas
Azúcar
Postres
Panes
Dulces
Proteínas:
Estas son como los ladrillos que necesita tu cuerpo para que tus músculos y otros tejidos crezcan.
Tu cuerpo está compuesto de aminoácidos, estos forman cadenas que construyen las proteínas. Las proteínas funcionan como hormonas, enzimas y anticuerpos para tu sistema inmune.
Ejemplos:
Carnes rojas
Pollo y pavo
Pescado y mariscos
Legumbres
Semillas de chia
Yogurt griego y lácteos
Nueces
Mantequillas de maní y otras nueces
Huevos
Grasas:
Las grasas las utiliza el cuerpo para su buen funcionamiento. Necesitas grasas no saturadas para procesar algunas vitaminas como la A, E, D, y K, que solo son solubles en grasa (en comparación a la vitamina C, complejo B y ácido fólico que son solubles en agua).
También las necesitas para crear un buen ambiente hormonal, trabajo que hace un buen nivel de colesterol.
Debes cuidar el tipo de grasa que consumes, ya que estas se dividen en:
Saturadas – carnes, lácteos, mantequilla amarilla, aceite de coco, aceite de palma,
Monosaturadas – Son las que contienen ácidos grasos Omega-9 como aceitunas, aceite de olivo, aguacate.
Poliinsaturadas – Son las que contienen ácidos grasos Omega-3 como pescado, aceite de bacalao, semillas de hemp, semillas de chia, nueces; y también las que contienen Omega-6 como aceite de girasol, nueces, maíz, soya.
Trans – frituras, donas, churros, chicharrones, margarina, manteca vegetal
Para un óptimo funcionamiento de tu cuerpo, debes consumir estos 3 macro-nutrientes en conjunto con los micro-nutrientes (vitaminas y minerales) en las dosis adecuadas a tu estilo de vida, composición corporal y lineamientos de dieta específicos (alergias a alimentos por ejemplo).
Contáctame si deseas comenzar a cambiar tus hábitos alimenticios y mejorar tu conexión alma, cuerpo y mente.
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