¿Te has sentido alguna vez como mala madre?
Yo sí. Pero, esto es una GRAN MENTIRA que el enemigo nos quiere hacer creer. Pensamos que molestarnos con nuestros hijos, perder la paciencia o no querer estar con ellos nos hace malas madres. Esto no es cierto. Esto es sencillamente ser humana. La maternidad es hermosa, pero es muy solitaria, agotadora y sacrificada. De la maternidad real no se habla mucho. Las redes sociales exponen demasiada información pero solo de la parte bonita. No muchas se atreven a mostrar el lado verdadero de la maternidad. Mamá, no estás sola. Si estás leyendo este e-mail es porque dos mujeres que se han sentido como tú lo han redactado precisamente para que sepas que NO ESTÁS SOLA. Hemos pasado lo mismo que tú (o lo estamos pasando.) Queremos compartir algunos tips que nos han funcionado a nosotras para que la maternidad sea un poco más llevadera:
1. Busca un grupo de apoyo:
Puede ser entre tus amigas o familia, o bien, un grupo de mamás que se encuentren cerca de ti. Sabemos que hacer amigas nuevas es duro, especialmente cuando eres mamá. Pero, muchas veces, cuando damos el primer paso y nos acercamos a alguien que creemos que tiene cosas en común, Dios nos sorprende y nos acerca justamente a quienes necesitábamos en nuestra vida.
2. Sal a tomar un café:
Prioriza el salir con tus amigas, aunque sea por un café por una hora. Hazlo al menos una vez por semana o cada 15 días. Este tiempo no es egoísta, es necesario para que tú puedas ser tú: alegre, con esperanza, con energía. El pasar un rato a menos con personas de buena energía y positivismo te alimentará el alma.
3. Haz contacto con la naturaleza y con Dios:
En lugar de pasar el tiempo en redes sociales, sal a caminar o a respirar aire fresco. Busca algún parque cercano, una playa, un río, algo donde entres en contacto directo con la creación de Dios. Respira profundo, mira como se mueven las hojas de los árboles, quítate los zapatos y haz polo a tierra. Aunque no lo creas, venimos de la tierra y hay una conexión maravillosa que restaura nuestra alma cuando volvemos a ella. Dios es sabio, y si le buscas, el usa estos momentos para restaurar tu corazón.
4. Programa hacer ejercicio en tu semana:
No queremos que hagas ejercicio para "perder peso" sino para que seas más feliz. La culpa la tienen las endorfinas que se producen a través de un proceso químico en tu cerebro, durante la actividad física y repercuten directamente en que tu mente se libere y te sientas más feliz, con menos dolores, más saludables y hasta con la piel más bonita.
5. Apóyate en la ayuda profesional:
Si sientes que definitivamente ya no puedes más, tu cuerpo te está avisando, tu mente te lo está suplicando. No lo dejes para otro día. Si tuvieras una herida en tu brazo no esperarías que se pasara sola, ¿verdad? Las heridas en el alma y en la mente tampoco se pasan solas. Hay muchos profesionales de la salud mental hoy en día que están más que capacitados para ayudarte. No esperes más en buscarles hasta que encuentres al profesional indicado.
¡Esperamos que estos tips te ayuden!
Con cariño,
Meli Fortín y Claudia Morzán