
El 8 de marzo se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Mujer. Si lees la historia, te darás cuenta que no es realmente un día festivo, sino un día donde las mujeres declaran profundas desigualdades de género.
Para resumirte la historia, en una fábrica en Nueva York, en Estados Unidos, en el año 1908, 129 mujeres murieron en un incendio después de una huelga declarada. Ellas pedían mejores horas de trabajo e igualdad de salario que los hombres que realizaban las mismas actividades. El dueño de la fábrica, cerró las puertas del edificio para que las mujeres abandonaran la huelga. En su lugar, perecieron 129 de ellas.
Esto generó una cadena de conversaciones que tomaron auge a nivel internacional, siendo el 8 de marzo un día conmemorativo de esas 129 mujeres que murieron luchando por mejores condiciones de trabajo y equidad.
No voy a decirte que por ser mujer debes sentirte “empoderada” (y valga que no me gusta esa palabra). El ser mujer te hace especial y única, pero, eso también aplica para cualquier ser humano. Pero, si te voy a decir que este día, recuerdes a 129 mujeres que murieron luchando, trabajando y buscando lo mejor para sí mismas.
Muchas de esas mujeres seguro eran madres, que no podían pasar tiempo con sus hijos por sus largas horas de trabajo. O, tal vez madres solteras, que con lo que ganaban no podían proveer el sustento para quienes la esperaban en casa y dependían de ellas. Algunas probablemente tenían dos trabajos, y por las largas horas en este no podían cumplir con el otro. Quizás, algunas sufrían de abuso verbal y hasta físico por parte de sus jefes, o sus compañeros de trabajo.
¿Te suena familiar? Esto sucede aún hoy en día. Diferente año o época, pero mismas circunstancias. Conozco muchas mujeres que deben trabajar largas horas para poder sustentar a sus hijos o ser de apoyo para su pareja. Conozco muchas que aunque sean las más capacitadas en la empresa, las pasan por alto a la hora de un aumento o una promoción. Conozco muchas que trabajan por lo que sea y en lo que sea con tal de alimentar a sus chiquitos.
Este mes, este día, recuerda esas 129 mujeres y hónralas sirviendo a las mujeres que te rodean. Extiende tu mano, tu corazón, tu oído a alguna mujer que sepas que necesita de tu ayuda o tu apoyo. Puede ser ayuda monetaria, escuchando un desahogo, abrazando y animando, cuidando de sus hijos por un rato, llorando o riendo con ella.
Mujer, si estás leyendo esto, sabe que no estás sola. Dios te creó perfecta, a Su imagen y Su semejanza. Él es perfecto y no se equivocó contigo. Te creó hermosa, más preciosa que las joyas.
¡Felíz Día Internacional de la Mujer!
“La mujer virtuosa ¿quién la hallará? Ella es mucho más preciosa que las joyas.”
Proverbios 31:10
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